El gremio del comercio expone un informe de los retos a superar para encaminar la apertura a mercados externos
Yasmín Ojeda | Diario la Verdad
“Superar la economía, escasamente industrializada, limitada en su capacidad de innovar y competir en los mercados externos a través de exportaciones diferentes al petróleo y limitada también en su capacidad de generar estabilidad macroeconómica para fortalecer la divisa, el salario y ahorro, exige desarrollar una industria no petrolera con capacidad de insertarse competitivamente en los mercados externos”.
En el informe sobre Exportaciones desde el Zulia para el Mundo, análisis elaborado por la Cámara de Comercio de Maracaibo, se exponen perspectivas para desarrollar la economía con miras a impulsar la exportación. Se apunta el arranque desde el estado que “ocupa un lugar protagónico en este desempeño exportador, porque ha tenido grandes capacidades vinculadas a los productos agrícolas tradicionales (por ejemplo café y cacao) y no tradicionales (por ejemplo carne, leche y derivados de bovinos, banano, oleaginosas, entre otros)”, además del petrolero.
Se indica que la región tiene recursos naturales, humano, infraestructura y materiales y cultura emprendedora, además de “un espacio volcado a interacciones terrestres con Colombia y marítimas con primera vecindad hacia Colombia, el Caribe y USA. En esa primera vecindad está también Panamá, que gracias a su posición geográfica, su disposición institucional y su Canal, ofrece conexiones globales y ello abre enormes posibilidades de interacción con muchos otros mercados, incluidos mercados exóticos”.
La industria zuliana procesa y exporta productos químicos, metálicos y metalmecánicos y agroindustriales (camarones). En los últimos años registra una disminución también reflejada en los niveles de operaciones de aduanas. La caída del circuito exportador fija las causas en las condiciones generales del “desenvolvimiento de la economía”.
El documento señala “factores” para elevar el potencial encadenado a la industria. Refiere la necesidad de estabilidad institucional, “con garantía sobre la propiedad privada y la inversión”, disponibilidad de infraestructura, de red de servicios, estabilidad macroeconómica y moneda competitiva, de recursos “humanos con capacidad técnicas consolidadas, actualizadas y crecientes”.
Para obtener respuesta y comenzar a trabajar en ese potencial “urge replantearse las políticas públicas de estímulo a la producción industrial competitiva”, se concluye en el planteamiento, que asegura que: “El proceso exportador está lleno de trabas burocráticas y alcabalas llenas de discrecionalidad, que dificultan la continuidad de cualquier esfuerzo exportador y encarecen sus procesos, limitando la gestión competitiva implícita en el hecho exportador.
Un cambio de tendencia requiere una nueva articulación político institucional que, para que sea realizable, demanda esfuerzos previos de concienciación general dirigidos hacia la dirigencia política, en todos los espacios y condiciones, para construir bases de largo plazo que permitan luego diseñar los incentivos específicos a cada encadenamiento productivo”.
Resalta que la intervención “inmediata a nivel de reajustes en procedimientos, permisología y estímulos al empresariado venezolano, quien a diferencia de cualquier comentario siempre se ha mostrado abierto a negociar y establecer canales de comunicación bilaterales con el firme propósito de contribuir al éxito de la gestión económica de la región y el país”.