Víctor Salmerón | El Universal
El declive en la venta de alimentos obedece en primer término a una menor producción debido a que el Gobierno mantiene para los alimentos básicos precios que no permiten cubrir los costos de las empresas. Las cifras del Banco Central de Venezuela indican que al cierre de abril 20 alimentos básicos como leche en sus distintas presentaciones, compotas, azúcar, café molido, aceite, mortadela y harina de maíz precocida registraban una escasez superior a 30%.
El índice de ventas que elabora la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) para medir la tendencia del consumo registra un declive de 5,98% al contrastar mayo y abril de este año, con lo que registra cinco meses consecutivos en descenso.
Al comparar mayo de este año con mayo de 2013 las ventas de leche en polvo caen 49,9%, aceites 34,3%, pastas 30,4%, harina de trigo 14,4% y harina de maíz 10%.
El declive en la venta de alimentos obedece en primer término a una menor producción debido a que el Gobierno mantiene para los alimentos básicos precios que no permiten cubrir los costos de las empresas.
«Entre los elementos que vienen impulsando la tendencia negativa figura el retraso en la revisión de precios regulados, que en la actualidad, no cubren el incremento de los costos de producción generados por la inflación», dice Cavidea en una nota de prensa.
El Gobierno retrasa el ajuste de los precios controlados en momentos en que la inflación acumulada en los primeros cinco meses de este año es la más elevada desde 1996, pero el resultado es escasez de alimentos básicos.
Las cifras del Banco Central de Venezuela indican que al cierre de abril 20 alimentos básicos como leche en sus distintas presentaciones, compotas, azúcar, café molido, aceite, mortadela y harina de maíz precocida registraban una escasez superior a 30%.
En la caída de la producción de alimentos no solo incide el control de precios, también impacta la sequía de divisas.
«Se ha hecho más complejo el acceso a divisas para la importación de materia prima, pago a acreedores internacionales y compra de repuestos para maquinarias», dice Cavidea.
En un entorno donde Pdvsa ha sido incapaz de elevar la producción, un dólar artificialmente barato a 6,30 bolívares dispara la demanda de billetes verdes, aumentan los pagos de deuda externa y las empresas de maletín reciben divisas, Venezuela se ha convertido en un petroestado con fuerte carestía de dólares.
En este entorno el Gobierno ha recortado el desembolso de dólares al sector privado y tiene pendiente liquidaciones por 14 mil millones de dólares con empresas de alimentos, líneas aéreas y laboratorios farmacéuticos, entre otros.
La economía ha caído en un ciclo de elevada inflación y se encamina a una recesión por el descenso de la producción industrial.