El Mundo Economía y Negocios.- El nuevo sistema se basa en una subasta pública en la que participarán las empresas inscritas en el Rusad de Cadivi, se basa en una variación de la ideada por William Vickrey, economista canadiense.
El Gobierno venezolano anunció este martes la creación del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad) que, en conjunto con la Comisión de Administración de Divisas ( Cadivi ).
«Tenemos un sistema transparente, rápido, que permitirá jerarquizar y priorizar la asignación de divisas a los sectores económicos que garantizan nuestro crecimiento y correcto funcionamiento de la economía», dijo el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, al anunciar el mecanismo que funcionará desde el lunes 25 de marzo.
El nuevo sistema se basa en una subasta pública en la que participarán las empresas que estén inscritas en el Registro de Usuarios del Sistema de Administración de Divisas (Rusad) de Cadivi . Esa subasta pública será fijada por el Órgano Superior para la Optimización del Sistema Cambiario, una instancia nacida en febrero pasado y que está integrada por los ministerios de Planificación y Finanzas y Petróleo y Minería, y el Banco Central de Venezuela (BCV).
Esa subasta es una variación de la ideada por William Vickrey, economista canadiense y ganador del Premio Nobel de Economía en 1996, precisó Giordani. Este especialista enfocó su trabajo en las consecuencias de la asimetría de información y el funcionamiento de los incentivos.
En 1961, publicó un artículo donde detalla un tipo de subasta denominada de oferta sellada de «segundo precio», que posteriormente se conoció como subasta tipo Vickrey.
En esta modalidad de subasta existe una sola ronda de negociación, durante el cual las empresas envían sus propuestas en sobre cerrado, es decir, son privadas. El bien es asignado (en este caso dólares) al agente que oferte el mayor valor, pero pagando el segundo valor más alto. Esto tiene sentido para reducir la posibilidad que tengan los ofertantes de cartelizarse y tratar de afectar en su beneficio la subasta.
En la subasta se crea un compromiso entre el subastador y el participante, quienes se transan en función de dos premisas: que el subastador aspira a obtener el precio máximo y el participante quiere pagar lo mínimo.
La Subasta de Vickrey es una variante de las llamadas subastas de sobre cerrado, en las que cada participante propone un precio sin conocer el que plantean los demás. El que gana es quien ofrece más, pero en esta modalidad, no debe pagar ese monto sino el segundo más alto. De esta manera se incentiva a los participantes a hacer una oferta que represente el verdadero valor del bien al que aspira.
Si los agentes ofrecen cantidades superiores a las que creen que tiene el bien (en este caso el dólar ), el que gane la subasta terminará pagando más del valor real del producto. Si oferta menos, la oportunidad de ganar es menor. La subasta Vickrey busca que se hagan «ofertas sinceras», sin tener en cuenta las características de los restantes participantes.
El mismo Vickrey indicó en su texto que este tipo de subasta muestra fácilmente que «el procedimiento requerido es pedir ofertas bajo el entendimiento de que la adjudicación se hará a la oferta más alta, pero sobre la base del precio fijado por la segunda oferta más alta».