Tomando en cuenta el efecto acumulativo del ajuste es posible prever su impacto presupuestario.
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Durante los últimos días circularon rumores acerca del posible inicio del aumento a la gasolina aprovechando el asueto de Semana Santa. Sin poder confirmar aún esta información, pero sabiendo que el ajuste se mantiene en la agenda del Ejecutivo, es posible emitir una serie de consideraciones al respecto.
Sincerar el precio de la gasolina a un nivel cercano a los costos de producción implicaría ubicar el valor del litro de combustible entre los 2 y 3 bolívares. A su vez, esto generaría un valor estimado de entre 80 y 120 bolívares por tanque.
Por lo general, el venezolano tiende a llenar el tanque de gasolina cuando este se encuentra por la mitad o a un cuarto de su capacidad. Esta costumbre se puede atribuir al intento que hacen los conductores por evitar que los sedimentos que se acumulan en el fondo del tanque, y que se movilizarían al consumir la reserva, dañen los inyectores del vehículo. Partiendo de esto, se puede estimar que un chofer puede llegar a gastar entre 60 y 90 bolívares por dólar una vez que sea ajustado el precio de la gasolina, y que este gasto puede redondearse en un par de tanques a la semana, entre 120 y 180 bolívares, o 480 hasta 720 bolívares al mes aproximadamente.
Vistos los cálculos anteriores, se puede afirmar que el impacto de un ajuste repentino que tome en cuenta los costos de producción de la gasolina sería relativo para los conductores y empezaría a sentirse más a través de la acumulación del gasto por este concepto en el tiempo. Es decir, un gasto que se estima insignificante en la actualidad y que los conductores individuales e incluso el transporte público dan por descontado, empezaría a tener incidencia en forma progresiva en los presupuestos.
En recientes declaraciones, el ministro de Transporte, Haiman El Troudi, sostiene que las estructuras de costos de los transportistas no se verían afectadas si el aumento de la gasolina se realiza en forma gradual. Esta declaración es en sí misma una pista sobre la forma en que se llevará a cabo el ajuste, considerando la responsabilidad del funcionario en la implementación del mismo, luego de una campaña informativa sobre la necesidad de dar este paso y de sondeos de opinión pública durante varios meses para chequear los niveles de aceptación.
Cabe mencionar que sería necesario considerar sistemas de subsidios directos para impedir que la subida del litro de gasolina se traslade en forma directa a la mayoría de bienes y servicios. Del mismo modo, no está demás tomar en cuenta el requerimiento de que existan métodos de contraloría para que lo recaudado por este concepto vaya a un uso correcto y en forma transparente para su mejor aprovechamiento.
Hay que tener en cuenta que aún tras el ajuste arriba descrito, el precio de la gasolina seguirá teniendo un nivel de rezago muy importante en el país con respecto a los costos internacionales, ya que estos son calculados en dólares.
