El régimen ha sido criticado. Ahora, se intenta usarlo para motivar inversión en exploración.
Martha Morales | El Tiempo
El Gobierno no parece estar dispuesto a dejar que se detenga la locomotora del petróleo en medio de la crisis del precio del crudo y la reducción de la producción en el país, sobretodo, si esta le puede arrastrar otros vagones en los que va la ayuda para impulsar la industria, atraer inversionistas, incrementar exportaciones, crear empleo y encontrar petróleo. Todas esas búsquedas en las que está empeñado Colombia confluyen hacia un mismo punto: las zonas francas (ZF).
Este régimen ha sido criticado porque genera competencia desigual en materia tributaria entre las empresas que operan allí (pagan el 15 por ciento de impuesto de renta) y las externas a dicho régimen (tributan el 25 por ciento). Por esas diferencias, este esquema fue incluido entre las recomendaciones reformistas que hizo la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo), que las señaló como elementos que le dan mayor complejidad al sistema tributario.
No obstante, las piezas del rompecabezas se han ido poniendo una a una para incentivar o fortalecer en particular, las zonas francas relacionadas con la exploración petrolera.
Recientemente, el presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, dijo que el énfasis de su administración lo pondrá en encontrar petróleo y estima que el futuro está costa afuera.
Unos meses antes, en diciembre, el terreno ya venía siendo abonado. El Gobierno metió en la reforma tributaria del 2014 un parágrafo que dice que “no serán sujetos pasivos de la sobretasa al impuesto sobre la renta para la equidad (Cree), los usuarios calificados y autorizados para operar en las zonas francas costa afuera”. Paralelamente se expidió un decreto, el 2682, que estableció las reglas para la creación de zonas francas permanentes costa afuera, para actividades de explotación de hidrocarburos.
Según el decreto, “se pueden establecer zonas francas sin necesidad de cerramientos en los territorios costa afuera para explotar hidrocarburos, luego de la obtención del contrato respectivo de exploración y explotación del área asignada por la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH”, explicó Gustavo Lorenzo de la firma EY Colombia.
Por parte de la Andi (Asociación Nacional de Industrias), en los últimos meses, se ha visto una especie de campaña liderada por la Cámara de Usuarios de Zonas Francas para mostrar los resultados de este régimen en materia de generación de empleo (reportan 62.000 empleos directos y 165.000 indirectos) y se ponen sobre el tapete seis propuestas para empujar su crecimiento. Entre otras, se propone un llamado ‘pacto franco’ con el Ministerio de Comercio, Procolombia y Bancoldex, con el fin de generar exportaciones adicionales por más de 5.000 millones de dólares, crear 300.000 nuevos empleos y trabajar de la mano con Mincomercio para adelantar un plan de promoción Internacional muy ambicioso en el más corto plazo”, señala un comunicado.
Es decir, todo apunta a que quieren convertir las zonas francas en plataforma para que los inversionistas vean atractiva la puesta de su dinero en el país, en especial, para la exploración y explotación petrolera costa afuera, la cual, según Lorenzo, puede ser 15 veces más costosa que en territorio continental. “Los regímenes francos permiten entrar bienes de capital para la explotación petrolera a los inversionistas, sin aranceles ni IVA. Tener una tarifa de renta reducida del 15 por ciento, entre otros. Al reducir estos gastos para los empresarios, se estimularía su interés en trabajar en un proyecto de este tipo”, aseguró el experto.
Las zonas francas se crearon en Colombia con el argumento de que servirían para: atraer inversión extranjera, impulsar las exportaciones y promover el desarrollo de las regiones, entre otros.
Según el informe sobre el tema del Dane, “en enero las exportaciones desde las zonas francas llegaron a 143,8 millones de dólares, pero las llamadas permanentes especiales mostraron una disminución de 90,8 por ciento en las exportaciones, restando 53,3 puntos porcentuales a la variación total de las exportaciones”.
Aún así, el viceministro de Desarrollo Empresarial, del Ministerio de Comercio, Felipe Sardi, expresa que “Las ZF son instrumentos de inversión que se han convertido en fuentes de generación de empleos e ingresos para las regiones donde se desarrollan, debido a que pueden ubicarse en cualquier parte del territorio, donde otras fuentes de trabajo no logran activarse con la misma rapidez”.
Según el funcionario, con corte a diciembre del 2014 “se cuenta con 768 empresas calificadas como usuarias de zona franca para desarrollar actividades industriales, de bienes, servicios o comerciales”.
En estos lugares se han realizado inversiones por 28 billones de pesos. “Esto significa que la inversión ejecutada duplica el valor de los compromisos asumidos por las zonas francas, que a diciembre de 2014 ascendía a 14 billones”, agregó Sardi.
En medio del interrogante de si son o no eficientes en pago de impuestos, generación de empleo y demás metas para las cuales fueron creadas, las zonas francas han aumentado y su crecimiento no parece tener límites. Más aún con la necesidad de hoy de motivar la inversión para hallar petróleo.
Colombia cuenta hoy con 102 zonas francas, el 60 por ciento especiales y el 40 por ciento parques multiusuarios, según los datos de la Andi. Y, de acuerdo con lo expresado por el viceministro de comercio, “las solicitudes responden a la iniciativa privada para generar proyectos de inversión de impacto para el país y que generen empleo. En esa medida, siempre y cuando se cumpla con las finalidades del régimen franco y los requisitos contemplados en la legislación vigente, no existe un techo en cuanto a aprobación de nuevas de zonas francas”.
