Colombia: FENAVI «el contrabando vale $90 mil millones»

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fenavicolombiaEl presidente de Fenavi dice que ese es el monto que pierden al año las avícolas con el ingreso ilegal de pollo y huevo provenientes de Venezuela y Ecuador.

Héctor Sandoval Duarte | El espectador

El sector avícola colombiano ha tenido que enfrentar durante los últimos cinco años no sólo los estragos de las olas invernales de 2010 y 2011, sino los efectos del contrabando, problemas en la devolución de IVA a los empresarios y enfermedades animales.

Tan sólo el contrabando, según los cálculos que ha hecho el presidente de la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi), Andrés Valencia, le quita $90.000 millones al año a una industria que factura cerca de $8,5 billones y produce 1’300.000 toneladas de pollo y cerca de 12.000 millones de huevos.

Adicional a esto, Valencia señala que más de 120 empresas avícolas del país están en suspenso por la propuesta de reforma tributaria que está tramitándose en el Congreso, ya que la carga de impuestos que tendría que asumir el sector sería mayor al 50%.

¿Cómo ha sido el balance de este año para la industria avícola?

Ha cambiado porque el sector ha estado estable en los precios de las materias primas, como por ejemplo el maíz, el cual ha venido cayendo. Eso ha ayudado a compensar los costos de producción. Por el otro lado, se ven afectados por una devaluación que va por el 8%.

Un tema favorable ha sido el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, el cual ha permitido que el maíz amarillo ingrese a Colombia sin arancel. Es parte de las necesidades de la industria.

¿Cómo ha crecido este año el consumo de pollo y de huevo?

El consumo de pollo y de huevo viene creciendo de manera sostenida. Recordemos que hace 15 años la demanda de ambos productos estaba alrededor de la mitad de lo que se ve hoy.

Colombia está consumiendo 28 kilos per cápita de pollo al año y podríamos cerrar 2014 con una demanda de 250 huevos por persona. Eso depende un poco de las producciones. Pollo y huevo son las proteínas más demandadas. Por ejemplo, de carne de res se consumen 18 kilos al año.

En pollo la meta es ir creciendo los consumos, porque si nos comparamos con Chile, México y Venezuela, estamos casi a 10 kilos de distancia per cápita al año.

¿Qué tan contundentes son los efectos que ha tenido el TLC con Estados Unidos sobre el sector?

En este momento no tenemos esa presión, porque las importaciones de EE.UU. son apenas el 4% del consumo que tiene Colombia. Recordemos que el país al negociar ese acuerdo puso una cuota de importación para los famosos cuartos traseros.

Esta cuota —que para este año será de 29.000 toneladas y para 2015 será de 30.000— ha tenido una baja utilización. Si bien se han subastado cantidades cercanas a las 8.000 toneladas —eso es a través de una subasta—, el ingreso efectivo de carne de pollo ha sido menor. De esas 8.000, no han entrado más de 3.000.

Lo que pasa es que los importadores son ‘aviones’ y usan gabelas arancelarias para meter pollo eludiendo el contingente. Si no hay un control efectivo de las autoridades aduaneras en la administración de ese contingente, vamos a tener más prácticas irregulares.

¿Cuál es el impacto del contrabando para los avicultores? ¿Ha habido acciones efectivas para frenarlo?

Hemos advertido al consumidor sobre los perjuicios y peligros de comer carne de contrabando. Por ejemplo, en Cúcuta hemos hecho campañas para advertir de los riesgos de comer pollo en malas condiciones sanitarias. Les corresponde a las autoridades aduaneras controlar los pasos de frontera.

Hicimos un cálculo: 1.500 toneladas de pollo entran ilegalmente al mes desde Venezuela y 2 millones de huevos ingresan desde ese país y Ecuador. Este contrabando más o menos equivale a unos $90.000 millones al año. Eso le cuesta a la industria.

Tan solo el contrabando de pollo vale $88.000 millones y ese es un producto que se queda en Cúcuta y en los municipios aledaños a la frontera. El 45% del pollo que se come en Cúcuta es de contrabando. Además, están ingresando pollos en pie, lo cual trae riesgos sanitarios importantes.

Por esas fronteras porosas, ¿qué tan probable es que lleguen enfermedades avícolas?

La posibilidad es alta. Hubo episodios de una enfermedad llamada Newcastle, que es endémica en Colombia, pero que ha estado con niveles de prevalencia bajos a excepción de este año. Tuvimos un episodio en mayo en Santander y Norte de Santander. Lo que encontraron los análisis es que era una cepa de Newcastle venezolana.

Por eso nos gusta la medida que tomó el gobierno venezolano de cerrar la frontera por las noches. Eso ha permitido contrarrestar los flujos de contrabando y muestra de ello es que los precios en la frontera se han recuperado.

¿Qué le pega más duro al sector en materia tributaria con la propuesta del Gobierno?

Sin duda, el impuesto al patrimonio. Pueden ser unos $80.000 millones de impuesto al patrimonio los que se pagarían. ¿Qué otras empresas agropecuarias van a pagar ese volumen? Van a ser pocos quienes pagan ese gravamen. Eso lo hace inequitativo.

Nos preocupa la carga que tienen las avícolas, las cuales deben pagar impuestos prediales, de industria y comercio, renta (no hay incentivos ni tasas diferenciales). Al sumar todo esto, la tasa de tributación está por encima del 50%.

¿Y qué pasó con el enredo de las devoluciones del IVA al sector?

Ese proceso de devolución del IVA ha obligado a que las empresas tengan que someterse a un escrutinio de la DIAN muy engorroso. Esas devoluciones se retrasan y en un año pueden rondar los $280.000 millones. Hay demoras con el retorno de IVA de 2013 y del primer semestre de 2014.

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