Nota de CAVECOL
La reunión entre los presidentes Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro el pasado 21 de septiembre fue un encuentro que todos los sectores que integramos la relación entre Venezuela y Colombia esperamos y apoyamos, este acercamiento inicial aunque no ha significado la reapertura inmediata del Comercio Formal entre ambas naciones, es la primera etapa que marca el inicio de la «normalización progresiva» de nuestra frontera común.
Desde CAVECOL agradecemos a los gobiernos de Ecuador (en representación de la Presidencia pro tempore de la CELAC) y Uruguay (en representación de la Presidencia pro tempore de UNASUR), quienes en demostración del espíritu latinoamericano de hermandad sirvieron de auspiciantes para el encuentro que ha significado el tan necesario acercamiento entre ambas naciones hermanas.
Desde la Cámara nos encontramos complacidos por los resultados de la reunión presidencial que ha dado paso al retorno de ambos embajadores a sus respectivas representaciones diplomáticas, el esfuerzo conjunto de ambos gobiernos para realizar las investigaciones pertinentes a la situación actual de nuestra frontera, la reunión de las Cancilleres para tratar temas sensibles como el contrabando y la acción de grupos irregulares en la zona, además del mutuo entendimiento amparados en la hermandad y unidad, propiciando un ambiente de respeto y convivencia.
En este sentido, reiteramos que nuestra frontera no es una mera línea limítrofe, pues en ella hacen vida más de 5 millones de personas, aspecto que la convierte en la más viva de América Latina, y sus habitantes tanto venezolanos como colombianos son los protagonistas día a día de la integración de los pueblos que tanto anhelaba nuestro libertador Simón Bolívar, motivo por el que hacemos votos porqué este proceso de “Normalización Progresiva” de nuestra frontera no se dilate en el tiempo, lo que afectaría de forma negativa y profunda tanto a la población fronteriza como al Comercio Formal.
CAVECOL y sus afiliados reitera el llamado al gobierno venezolano para la no extensión de Estados de Excepción en nuestras fronteras, ya que más que una solución contra actos ilícitos, ha impactado de forma negativa el Comercio Formal, el cual aporta al PIB de la nación mediante legítima comercialización de bienes y servicios, la generación de empleo formal, y de su contribución a los impuestos de ley que hacen posible la perpetuación del proceso social del trabajo, y sus beneficios como el aporte al Sistema de Seguridad Social, al INCES y la ley de política habitacional (BANAVIH), entre otros.”
Finalizamos haciendo un llamado a la reflexión, pues no es cerrando nuestras fronteras como se combatirá los flagelos del contrabando y las acciones de grupo irregulares, sino a través de la instrumentación de políticas bilaterales que puedan incentivar a que el comercio formal se convierta en la opción a escoger por parte de los habitantes de frontera, para ello se hace necesario el trabajo en conjunto de ambos gobiernos y todos los sectores de la sociedad.