Binacional: rescate venezolano de las salinas de Manaure

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salinasmanaureTras la firma de un contrato con BIG Group, empresa que pagará 27 mil millones de pesos durante los próximos 18 años para operar la concesión, las salinas de Manaure, en La Guajira, empiezan una nueva vida.

Se trata de la entrega de un contrato de concesión a la firma BIG Group Salina Colombia, en la que son socios Ingeniería Universal y el Grupo Delcop.

Este último es de origen venezolano y ha hecho inversiones en Colombia en los últimos años por unos 30 millones de dólares, entre otros, la compra de los activos de Xerox de Colombia.

Como parte del proceso, el 26 de noviembre la Sociedad Salinas Marítimas de Manaure (Sama), antigua operadora, liquidó a todos sus trabajadores y pagó con recursos del nuevo licenciatario, unos 2.200 millones de pesos en salarios y prestaciones atrasadas.

También se suscribió un acuerdo en el que Big Group se compromete a contratar a partir del 15 de diciembre a un grupo de antiguos trabajadores, y se pactan condiciones estables por 3 años.

De esa manera, también termina exitosamente el acuerdo de reestructuración de Sama, presentado en octubre por el promotor de la sociedad, Luis Fernando Alvarado, y se normaliza la producción de sal en Guajira.

Las minas son la principal fuente de empleo del municipio guajiro y generará cerca de 150 empleos directos.

Adicionalmente a eso, el salvamento fue clave porque la operación en las minas genera ingresos trimestrales por concepto de regalías y utilidades a la administración pública municipal y a comunidades indígenas de la zona.

Sama había sido constituida en el 2004 y accionistas eran asociaciones indígenas wayú y de Manaure.

Durante los 40, la concesión fue operada por el Banco de la República, y posteriormente fue entregada al desaparecido Instituto de Fomento Industrial (IFI), para su administración y explotación a través de la Concesión Salinas.

Sin embargo, por la disolución y liquidación de esa entidad en el 2003, la concesión pasó a manos de Sama.

No obstante, mientras bajo la administración del IFI la concesión llego a producir en sus mejores épocas 1’200.000 toneladas por año, hoy escasamente saca 200.000. Esto se debe a que Sama tuvo diversos problemas administrativos que no solo terminaron deteriorando su infraestructura y la explotación minera, sino que la llevaron al sometimiento en noviembre de 2013 a un proceso de reestructuración financiera bajo la ley 550 de 1999.

La salida del problema se gestó en el 2009, cuando Ingeniería Universal, empresa de origen venezolano con experiencia en este tipo de negocios, como la Salina de Araya en su país, contrató al bufete Arciniegas Lara Briceño Plana para estructurar legal y financieramente el proyecto de reorganización y operación.

El nuevo operador también prevé instalar una refinería para la producción de sal de consumo humano. El costo son unos 20.000 millones de pesos.

Debido a las limitaciones que tiene la salina de Manaure en cuanto al transporte, la nueva operadora se propone transformar en productos de mucho más valor agregado a la mayor cantidad de sal cruda posible en el sitio. También fabricará en el lugar las bolsas plásticas para empacar la sal cruda y refinada.

El plan apunta a generar otros 350 empleos y 1.500 indirectos.

Promoverán ‘cluster’ de producción
Por otra parte, voceros de BIG Group dijeron que están dispuestos a promover proyectos que se vinculen con la sal marina, o de otra naturaleza, que sean factibles de realizar en Manaure.

Entre ellos se encuentran la explotación de lodos salineros, sales aromáticas con uso en la industria cosmética y la medicina.

También quiere promover empresas petroquímicas para que produzca plásticos, entre ellos el PVC, cuyas materias primas son el gas, otro producto abundante en la zona, y la sal.

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