El anuncio de incremento de 30% en el salario mínimo, fraccionado en 20% a partir del 1° de mayo y 10% desde el 1° de julio, trae consigo una serie de implicaciones que inciden directamente en el funcionamiento de la economía nacional, en especial por la ausencia de medidas para frenar el acelerado proceso inflacionario que vive el país.
Mariángel Duran | El Impulso
A corto y mediano plazo la consecuencia principal será un incremento considerable de la inflación, que se estima alcanzará los tres dígitos a finales de 2015. Y de forma inmediata, con el incremento se ven afectados de forma directa los pequeños comerciantes.
«Esperábamos que los anuncios del 1° de Mayo, Día del Trabajador, incluyeran medidas paliativas que apuntaran a la reactivación del aparato productivo, pero no ocurrió. Ahora, habrá más dinero en la calle y poca oferta, porque no existe materia prima para producir los rubros que más se demandan”, señaló Álvaro Entralgo, presidente de la Cámara de Comercio del estado Lara.
El representante del sector comercio destacó que los afiliados acatarán el anuncio del Ejecutivo Nacional, tal y como lo han hecho hasta ahora y pese a la cadena de consecuencias que genera en momentos de baja producción.
«El incremento se refleja en las prestaciones sociales de los trabajadores, así como en el Seguro Social y las vacaciones, en un momento de escasez de insumos y materia prima que hace aún más difícil el mantenimiento de los comercios. Quienes más sufren son los pequeños comerciantes, que tienen dos o tres empleados y han visto mermar la cantidad de productos que ofrecen”.
Irónicamente, Entralgo destacó que la medida no representa una solución para los beneficiados porque no alcanza las cifras estimadas para cubrir la canasta alimentaria y la canasta básica.
«Nos hubiese gustado que el Ejecutivo consultara a los sectores empresariales la medida de aumento salarial y de ajustes para intentar frenar la inflación”.
Distorsión económica
Aumentar la producción, disminuir el gasto público, facilitar el acceso a materia prima y eliminar los controles para la obtención de divisas, son algunas de las medidas que se deberían aplicar para frenar la inflación, según el economista Aníbal Peña Javitt.
«Con el aumento de salarios no se solucionará el problema inflacionario del país, lo único que se logra es que las personas beneficiadas tengan dinero en el bolsillo durante los próximos dos o tres meses, sin poder adquirir los rubros que desean o sin que ese dinero alcance para cubrir sus necesidades. Se aumenta la liquidez, habrá mayor cantidad de dinero circulando pero con menos productos disponibles. Seguiremos con un proceso inflacionario que solo se frenará con medidas de ajuste que no resultan favorables, desde el punto de vista político, en un año electoral”.
El experto recordó que la canasta básica está por el orden de los 35.000 bolívares, la cual implica los rubros alimenticios aunados al costo de los servicios básicos (agua, luz, entre otros).
A la fecha, el presidente Nicolás Maduro ha incrementado el salario mínimo en ocho ocasiones y tales medidas, según Javitt no han solucionado el problema económico del país.
El experto también estima que en adelante «la escasez será mayor. Hay muchas empresas con capacidad ociosa debido a la falta de materia prima y con más dinero la gente demandará productos y no encontrará nada”.
