Colombia: los culpables de la debilidad industrial, según informe del FMI

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industrialLa competencia con China, el acceso a Venezuela y el TLC con México, algunos de ellos.

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La industria nacional no levanta cabeza y la Muestra Mensual Manufacturera (MMM), medición que reveló el jueves el Dane, indica que la producción cayó 1,9 por ciento en el primer trimestre, cuando en igual periodo del 2014 subió 4,4 por ciento.

De esa manera, se confirma el pobre desempeño del sector, pues en el 2013 bajó 1,9 por ciento y en el 2014 creció apenas 1,3 por ciento.

Buena parte de los expertos consideran que se debe, entre otros, a la baja competitividad del país, generada por hechos como los altos costos de transporte y logística, las deficiencias de infraestructura y la revaluación que prevaleció en los últimos años.

Sin embargo, un estudio que realizó la analista Naomi Griffin, del Fondo Monetario Internacional (FMI), desglosa otras causas de los problemas estructurales del sector industrial.

Según el documento, cambios relacionados con la interrupción del comercio con Venezuela y el aumento de la competencia comercial de China explicarían en parte la debilidad de la actividad desde el 2008.

“El examen de la tendencia global de la serie del tipo de cambio real indica que, a pesar de una fuerte apreciación del peso colombiano frente al dólar de Estados Unidos, la apreciación del tipo de cambio efectivo real de las exportaciones de manufacturas ha sido bastante modesta”, agrega la experta.

Al mismo tiempo, observa que las exportaciones de bienes manufacturados al país vecino disminuyeron considerablemente después de ese año, luego del deterioro de las relaciones comerciales y políticas.

Las industrias que se vieron particularmente afectados por la interrupción del comercio con Venezuela son maquinaria eléctrica, vehículos, textiles y productos médicos y farmacéuticos.

Sin embargo, añade el reporte, parte de la disminución de las ventas externas a ese destino se han visto compensadas por un aumento a otros países de Latinoamérica, como Brasil, Ecuador y Perú.

Igualmente, concluye que la baja que tuvieron entre el 2007 y el 2012 las ventas anuales de Colombia a EE. UU., que disminuyeron de 1.700 millones a 1.000 millones de dólares anuales, sí fue posiblemente debida a la apreciación del peso, pero su magnitud fue pequeña en comparación con la caída de las exportaciones causada por la interrupción del comercio con Venezuela.

El análisis también muestra que además aumentaron significativamente las importaciones y el acceso de los consumidores colombianos a bienes manufacturados de China y México, como los vehículos.

Dada la alta competitividad de este último país en el sector automotor, las ensambladoras locales, por ejemplo, han visto una disminución en la participación de mercado frente a los autos importados.

Agrega que tampoco se encuentra que haya una evidencia sólida de que la apreciación del tipo de cambio real afectó negativamente la rentabilidad de las empresas manufactureras en los 8 años; si acaso, habría generado un aumento de costos.

“Por el contrario, nos encontramos con que la apreciación real puede haber aumentado la rentabilidad de las empresas mediante la reducción del costo de los insumos importados, pues las empresas manufactureras colombianas se han orientado más al mercado nacional”, argumenta la analista.

Cabe recordar que entre el 2008 y el 2013, inclusive en el 2014, la economía colombiana creció a un ritmo promedio anual del 4 por ciento gracias, en gran medida, al comportamiento favorable de los precios de las materias primas.
Sin embargo –manifiesta Naomi Griffin, la experta del FMI–, la industria manufacturera apenas creció a una tasa media del 0,1 por ciento.

Por tanto, el peso del sector manufacturero en el PIB (producción total de la economía) pasó del 14 por ciento en el 2007 a 11 por ciento en el 2013.

Además, concluye que los beneficios de las compañías exportadoras intensivas (de recursos minero-energéticos) sufrieron menos con la apreciación del tipo de cambio real que las que exportan menos.

Las ventas externas de manufacturas como porcentaje de las exportaciones totales igualmente han disminuido de un 40 por ciento, a mediados de la década de los 2000, a 20 por ciento en el 2013.

El aumento de las importaciones de China tampoco parece estar relacionado con la tasa de cambio, y lo asocia más al mayor acceso a productos de dicho origen.

Por su parte, las importaciones procedentes de México sí tienen una mayor relación con lo cambiario, al menos parcialmente.

Mal de muchos…

El informe coincide, además, con centros de estudios y algunos expertos, en que en los últimos años muchos países de la región, como Brasil, Chile, México, Paraguay, Uruguay y Venezuela, también han experimentado una reducción en la proporción de la fabricación local como porcentaje del PIB.

“Lo propio ha pasado en algunas naciones asiáticas, como Indonesia, Malasia y Filipinas, pero donde aún dicho sector tiene mayor participación sobre el PIB que en los países latinoamericanos”, agrega.

En contraste, algunos asiáticos, como Corea, Taiwán y Vietnam, han experimentado un fuerte el crecimiento en el sector manufacturero.

Por último, el estudio recomienda que políticas para mejorar la competitividad global de la industria colombiana deben apuntar a la mejora de la productividad, incluida la reforma del mercado de trabajo y de la infraestructura.

Crece el comercio minorista

No solo la producción de la industria bajó en el primer trimestre, sino que sus ventas descendieron 1,5 por ciento frente al mismo periodo del 2014. Por el contrario, el empleo aumentó 1,3 por ciento.

Solo en marzo, la producción, sin embargo, tuvo un leve descenso de 0,1 por ciento, las ventas decrecieron 0,3 por ciento y el personal tuvo un comportamiento al alza del 1,1 por ciento.

Por el contrario, también según el Dane, las ventas del comercio al por menor aumentaron 4,5 por ciento en el primer trimestre del año.

Las tres líneas que registraron los mayores aumentos durante este período, frente al mismo lapso del año pasado, fueron: artículos de ferretería, vidrios y pinturas; bebidas alcohólicas, cigarros, cigarrillos y productos del tabaco; y otras mercancías para uso personal o doméstico.
El personal ocupado creció 5,3 por ciento.

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