La nueva Ley de Aduanas es altamente punitiva e incrementa las posibilidades para los agentes aduanales de perder su licencia para trabajar.
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Eduardo Quintana, presidente de la Cámara de Comercio del estado Vargas explicó que como consecuencia de la toma de los espacios aduaneros por parte del gobierno nacional, a partir de 2007 con la creación de Bolivariana de Puertos, las importaciones fueron llevadas a su mínima expresión, generando un “cierre técnico” de las operaciones aduaneras y del comercio exterior privado.
El gobierno diseñó organismos como Veximca, Suvinca, C.V.G Internacional, entre otras, con las que ha suplido la función de los operadores aduaneros. Posteriormente, se crea la Corporación Venezolana de Comercio Exterior, para monopolizar el control sobre las importaciones, otorgamiento de permisos y así se afianza el poder del gobierno sobre el sector.
Posteriormente aparece la reforma en noviembre de 2014 de la Ley de Aduana que aseguró no es una modificación: es una nueva ley, con 79 artículos que multan y pechan la actividad aduanera.
Ana María de Andrea, ex presidenta de la Cámara de Comercio de Puerto Cabello, explicó que la nueva Ley de Aduanas es altamente punitiva y aumenta las posibilidades para los agentes aduanales de perder su licencia para trabajar.
Entre los cambios más importantes en la Ley destaca la declaración anticipada de información, que sirve para que el puerto sepa qué es lo que va a recibir, pero si no se hace a tiempo el importador será multado.
Otra de las modificaciones es la fianza que debe constituir el agente los primeros trimestres de cada año. “No existe la capacidad para hacerlo, es de imposible cumplimiento”, dijo.
Se añaden otras multas para operaciones que pueden cambiar debido a la propia dinámica de los puertos, como por el retraso o incumplimiento de la presentación por declaración anticipada y declaración definitiva.
El agente deberá pagar también 550 UT por tener errores en la clasificación arancelaria y 1000 UT si el operador impide o retrase el normal desaduanamiento, lo cual es absolutamente discrecional. “Si el agente no está en el momento preciso es multado”, explicó.
En caso de que reincida dos veces en un año será suspendido por entre 120 y 180 días. Indicó que la sanción por declaraciones inoportunas se producen mucho más de 2 veces al año. Si es suspendido dos veces en tres años su permiso será revocado por el mismo período.
Para el importador la suspensión del agente aduanero significaría perder aliados, asesores y parte de su infraestructura logística.