El Mundo Economía y Negocios | Gleixys Pastrán C..- El martes se reúne el ministro de Finanzas Nelson Merentes y su homólogo colombiano, Mauricio Cárdenas. Entre las propuestas banderas que trae el titular de la hacienda del país vecino para regularizar las relaciones comerciales entre ambas naciones, se incluye un mecanismo de pago alternativo, que de alguna manera equilibre el valor de la moneda en la frontera.
Aunque el ministro de Hacienda de Colombia no ha adelantado mayores detalles sobre esta propuesta, desde la Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana (Cavecol) se supo que este sistema de compensación entre el peso y el bolívar ayudaría a solucionar una serie de fallas de las relaciones comerciales entre ambos países.
Luis Alberto Russián, presidente ejecutivo de Cavecol, comentó que su cámara homólogo ha trabajado con el banco emisor colombiano y algunos ministerios, sobre la posibilidad de que haya un «sistema de compensación de pesos con bolívares, y que se establezcan mecanismos especiales en la frontera».
La propuesta haría foco en regularizar el diferencial cambiario entre peso y bolívar en la frontera, en mejorar las deudas que mantienen los empresarios venezolanos con colombianos, y darle salida a la masa monetaria en bolívar que tienen las casas de cambio colombianas.
«Es claro que los bolívares llegan a la frontera colombiana porque allá es legal poder cambiarlos; por ello el bolívar genera presión sobre el peso pues hay mucha gente que cambia los bolívares por la moneda Colombia.
¿Qué ocurre?, que en el mercado colombiano no hay donde colocar los bolívares, no hay nada que estimule la utilización del bolívar, lo que de alguna manera contribuye a una devaluación de esa moneda en la frontera», explica Russián.
Si la propuesta colombiana tuviese cabida entre los técnicos del Banco Central de Venezuela, Cadivi y el Ministerio de Comercio, esos bolívares, que no tienen salida en Colombia, podrían utilizarse para pagar algunas exportaciones que hace Venezuela para Colombia, expone Russián. «Es algo que tiene que evaluarse por las autoridades financieras, pero creemos que es una forma positiva de canalizar el problema».
Dependería del ministro Merentes apreciar o no, la propuesta colombiana para mejorar las relaciones comerciales con Colombia. Sin embargo, dice Russián, «si se analiza bien la estrategia, te das cuenta que los dólares con los que le pagarían a empresarios colombianos, podrían usarse para cancelar otros países».
Para el presidente ejecutivo el mercado colombiano y venezolano es tan parecido, y tan complementario, que da lugar para que este tipo de mecanismos complementarios se haga. «En la frontera la relación es solo entre nosotros, no afectaríamos a otros».
Que se mantenga el diálogo
La agenda comercial establecida el pasado viernes entre Colombia y Venezuela llena de optimismo a empresarios, cámaras, federaciones y demás organizaciones que se han visto afectadas por el intercambio ilegal en la frontera.
El presidente ejecutivo de Cavecol aplaudió que se haya planificado una agenda de diálogo sobre el área comercial y otros tipos de temas pendientes entre los países vecinos, que van en pro de relanzar la diplomacia.
«Cuando tienes dos mercados tan cercanos como Venezuela y Colombia, la única forma de solucionar es entendiéndose.
Qué bueno que se esté en la contrucción de las redes y las condiciones para el diálogo. Ojalá involucren a representantes del sector privado de ambos países y concretar medidas acordes para todos», expresó Russián.
Como parte de la agenda pautada en el mes de agosto, luego de la reunión entre los ministro de finanzas, el ministro de Comercio colombiano visitará el país el próximo 14 de agosto; y luego será la mesa de diálogo entre los titulares de energía y petróleo .
Hay grandes expectativas sobre las medidas que adoptarán ambos países, sobre todo en el área energética; pero la apuesta de los empresarios y organizaciones públicas involucradas, es que el diálogo pueda mantenerse.
El presidente de Cavecol augura mejores condiciones para centrarse en los problemas puntuales que afectan a ambas naciones. «Más allá de los desencuentros políticos que puedan haber, lo importante es que la agenda se mantenga».