29/07/2013 El Mundo Economía y Negocios | Jessica Viloria Bujosa / José Gregorio Yépez.- Las estatizaciones han permitido reconocer la importancia de los privados en la economía, dice el investigador
El Banco Central llamó a una nueva subasta del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad) y Víctor Álvarez, investigador del Centro Internacional Miranda, aplaude la estrategia; sin embargo, sugiere la necesidad de refinar la asignación de divisas que se hace a través de este sistema para que se cumpla con el cometido planteado de darle mayor dinamismo al aparato productivo nacional.
Que se hayan tomado decisiones en el tema cambiario es un avance significativo ya que, a su juicio, las políticas en esta área trajeron consecuencias negativas para el desarrollo del país.
Quien también formó parte del equipo económico del gobierno del presidente Chávez, como ministro de Industrias Básicas, señala que debe crearse un plan de estímulo a los sectores productivos y que el Estado debe reorientar su estrategia de compras hacia los proveedores locales y reducir, a la brevedad posible, el alto nivel de importaciones que viene desplazando la producción nacional.
Hablemos del Sicad
«Si el Sicad tiene éxito, si no se interrumpe, podemos aproximarnos a un nivel de la tasa de cambio que exprese la verdadera productividad del sector transable de la economía», sentencia Álvarez y acota que este mecanismo debe tratar de manera diferente a los fabricantes y productores, frente a los importadores.
Refiere como ejemplo al sector automotriz y dice que debe trabajarse entre dos bandas: «Los fabricantes compran acero a Sidor, compran aluminio a Alcasa, compran materias primas a Pequiven; transforman esos insumos básicos de escaso valor agregado en productos de mayor grado de industrialización, generan empleo productivo y fabrican componentes que son incorporados al ensamblaje en el país, que luego podrían ser exportados. Si se quiere sustituir las importaciones de repuestos tiene que haber un incentivo cambiario.
La tasa de cambio para ese sector que transforma e industrializa y que ayuda al desarrollo del país debería ser inferior, lo más cercana a la oficial. Pero la tasa de cambio superior debe fijarse a partir de la postura que asuman los importadores. Si quieres desestimular la importación de bienes con valor agregado para que sean sustituidos por bienes de productos reales, entonces se debe fijar una tasa de cambio más elevada», propone Álvarez.
El investigador destaca como una decisión acertada que los turistas puedan convertir sus divisas a la tasa de cambio de la última subasta. Y el anuncio de permitir que los importadores conviertan su ingresos en divisas a la tasa de cambio del Sicad, apunta a corregir la principal distorsión de la política cambiaria. «Los exportadores en vez de recibir Bs. 6,30 por cada dólar exportado, van a poder recibir Bs. 14 o Bs. 16; con eso pueden pagar la nómina, las materias primas nacionales y los servicios que suben en promedio de 20%», sostiene el ex ministro.
Transparencia
Con respecto a las distorsiones que insufla el dólar no oficial sobre el mercado venezolano, Álvarez señala que mientras más información esté disponible los operadores del dólar no oficial tendrán menos espacio para especular.
«Si se adopta el sistema de bandas, el mercado paralelo se podría acerca a la banda superior. En la medida en que sea un misterio saber cuál es la tasa de cambio del mercado paralelo o de la subasta del Sicad, esa falta de información recrudece la incertidumbre que empeora la especulación y no favorece la convergencia de los distintos precios de las divisas.
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¿Pasó lo peor?
-Los resultados económicos del primer semestre no son buenos, ¿cómo ve el cierre del año?
El momento más oscuro de la madrugada es justo antes del amanecer. Luego del mal primer semestre han anunciado un conjunto de decisiones en materia de política económica, que aunque algunas no se han formalizado en actos de gobierno, apuntan a corregir el problema clave de la política cambiaria.
La sobrevaluación de la tasa oficial de cambio, como consecuencia del anclaje cambiario, estaba provocando severos daños a la industria, la agricultura y el turismo, sectores que satisfacen las necesidades de los venezolanos y en los que descansa la posibilidad de lograr la soberanía productiva del país.
-Las devaluaciones golpean las economías
La tragedia de Venezuela no es la devaluación; la tragedia del país es la sobrevaluación de la tasa oficial de cambio.
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Menos importaciones
Además de las decisiones en materia cambiaria, Víctor Álvarez propone otras acciones que pueden ayudar a mejorar la productividad del país entre las que destacan las compras del Estado.
«Hay que recuperar el poder reactivador de las compras gubernamentales, que se han llenado de importaciones.
Con los acuerdos de integración como el Alba-Mercosur estamos contratando proveedores que desplazan a los productores nacionales.
– ¿El sector productivo local puede satisfacer la demanda del Estado?
La industria trabaja a 55% de su capacidad instalada, casi se puede duplicar el volumen de producción industrial sin hacer nuevas inversiones en maquinarias.
Álvarez lamenta que la industria ha visto reducida su capacidad, desplazada por las importaciones «porque muchos industriales, ante el incentivo cambiario, decidieron importar en lugar de producir en el país. Prefieren traer del mercado asiático, China, Corea del Sur, o de Brasil».
Otras medidas
Financiamiento. Propone establecer líneas a sectores que tienen que ver con la canasta básica alimentaria para abatir las presiones inflacionarias en el sector alimentos.
«Para frenar la inflación en el segundo semestre, se debe aplicar un programa de financiamiento a una tasa de interés muy baja que puede durar hasta todo el año 2014.
Esto sería la compra de materias primas, insumos básicos y pago de fuerza de trabajo a un interés de 5% a 8% y 10 años para pagarlo».
Agrega que si el Fondo Bicentenario Alba-Mercosur ofrece financiamiento a 4,4% y 10 años para cancelar, «por qué no dar atractivos para asegurar productos de la canasta alimentaria a precios solidarios a la población».
Incentivos fiscales. Exonerar un porcentaje del Impuesto Sobre la Renta y del IVA para nuevas inversiones destinadas a ampliar la capacidad productiva en agricultura y en la industria. «De acuerdo con el Código Orgánico Tributario se puede conceder exoneración de tres años, donde se descuenta de la declaración del Islr 25% de las nuevas inversiones en maquinarias y equipos, o descuentos a las inversiones en las mejoras de productos y procesos en la innovación tecnológica, para que el producto compita en calidad y precio». Álvarez explica que para entrar al Mercosur como exportador de productos transformados hay que considerar que se competirá con brasileros y argentinos que tienen ventajas tecnológicas.
Capacitación técnica. «Hay que atender al trabajador, los operarios de maquinarias y equipos, los ingenieros. Para esto se pueden utilizar los recursos que se aportan al fondo de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación».
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Sin falsos pudores
En los primeros 12 años de la revolución bolivariana la economía se hizo más capitalista.
-Las decisiones del Gobierno no son una desviación del socialismo hacia el mercado
Hay mitos difundidos por un discurso radical que no deja ver lo que ha ocurrido en materia de incentivos de política económica. Si uno revisa la cartera de créditos de los bancos estatales podrá verificar que más de 85% de los beneficiarios de los préstamos a bajas tasas de interés son empresas mercantiles, compañías anónimas, sociedades anónimas y empresas capitalistas que reproducen el modelo que se quiere transformar. En los primeros 12 años de la revolución bolivariana la economía venezolana se hizo más capitalista.
-Y cómo se construye un nuevo modelo
Es acertada la decisión de sincerar el tipo de cambio , porque esa es la manera de transformar la economía rentista e importadora en un nuevo modelo productivo exportador. Así se estimula una creciente inversión en la agricultura y el turismo y esto generaría fuentes de divisas no rentísticas.
El asunto es cuál será la naturaleza de esa economía, ¿una socialista, una capitalista, una estatal o basada en nueva formas de la propiedad social? Aquí se ve la democratización de la propiedad.
En el Plan de la Patria se estipula la construcción de la economía en un plan socialista.
En Venezuela no hay una economía socialista, hay una estatal. El Estado nacionalizó la Electricidad de Caracas, la Cantv, Agroisleña, cementeras. Se está repitiendo el modelo del socialismo del siglo XX que se basó en la propiedad estatal total y absoluta.
¿El ideal? Una nueva economía bajo el control de los trabajadores directos, bajo el control de las comunidades campesinas para que aparezcan los copropietarios sociales.
Una de las grandes lecciones que dejó la ola de
estatizaciones es el reconocimiento del sector privado en la dinámica económica nacional e, incluso, en la transición del socialismo venezolano.