Sus dueños están casados con los proyectos y con el país. Las dificultades las entienden como turbulencias que generalmente enfrentan con éxito.
Miguel Pérez Abad | Diario El Tiempo de Venezuela
Los horizontes de las empresas y de los verdaderos emprendedores tienden a ser infinitos. Una vez que una pequeña, mediana o gran empresa se consolida y posiciona sus marcas, productos o servicios, difícilmente abandona el barco por coyunturas difíciles. Ese patrón de inversión lo vemos reflejado en muchas empresas venezolanas y trasnacionales que -a pesar de reconocer y hacer públicas algunas dificultades- siguen invirtiendo y apoyando al país.
Un parte de prensa, de febrero de este año, da cuenta de cómo Alimentos Polar aumentó 40% su producción de margarina de las marcas Mavesa, Chiffon y Dorada, tras una inversión de 260 millones de bolívares en 2014. La empresa reportó que su producción ascenderá a 8,1 millones de kilos al mes de margarina.
En el mismo reporte se cita que “la inversión se realizó en la Planta Salsas y Untables, ubicada en la zona industrial de Valencia, en el estado Carabobo”. El presidente ejecutivo de la empresa, Lorenzo Mendoza, indicó que la producción aumentó de 6.362.000 kilos mensuales a 8.100.000 kilos mensuales y que “a partir del mes de junio de 2015, con unas adecuaciones adicionales, se alcanzarán los 8.800.000 kilos mensuales”.
Recientemente, el Grupo Nestlé consideró que Latinoamérica es el continente del futuro, según dijo en entrevista con EFE el CEO de la compañía, Paul Bulcke.
Con respecto a Venezuela, destacó que su compañía sigue haciendo negocios en nuestro país y aunque “no todo es fácil, confío en la fuerza de Nestlé y de nuestra gente de hacer negocios en países muy diferentes”.
Por otra parte, el dueño de Día a Día señaló que están dispuestos a invertir en nuevas tiendas si lo dejan seguir operando su negocio. “No queremos vender, ni ser expropiados”, dijo en una entrevista a Reuters desde Boston, José Vicente Aguerrevere, un ingeniero mecánico que se convirtió en empresario.
Aguerrevere inauguró hace 9 años la red de abastos Día Día cerca de los barrios más pobres, y dijo que pensaba abrir este año 10 tiendas más con una inversión de 3,5 millones de dólares.
“Si seguimos operando la red, claro que lo vamos a invertir”, dijo Aguerrevere, asegurando que ha sido rentable atender con pocos intermediarios y una distribución eficiente a consumidores que no tienen tiempo ni dinero para ir a grandes supermercados.
Algunos desquiciados llegan a desear que estas empresas dejen de invertir para que todo el país se vea afectado y así, según ellos, provocar un cambio de Gobierno. Lo que no entienden es que las empresas establecidas y con inversiones no son proyectos coyunturales, están focalizadas en el largo plazo.
Sus dueños están casados con los proyectos y con el país. Las dificultades las entienden como turbulencias que generalmente enfrentan con éxito. Esto no quiere decir que mancomunadamente, Gobierno Bolivariano y empresarios, sigamos trabajando para que las dificultades se minimicen y se favorezca un mejor hábitat para la producción. De hecho, las recientes reuniones con Fedecámaras y otros actores apuntan en esa dirección.
La idea es ir acompasando, armonizando y transparentando una compleja pero necesaria relación entre el Ejecutivo nacional y los productores.