Las presiones económicas mundiales como la guerra comercial entre China y Estados Unidos y la reducción en sus principales cifras locales generaron que agentes del mercado como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial revisaran sus proyecciones de crecimiento a corto plazo, aunque otras entidades las mantengan sin ajustes, como la Organización de Naciones Unidas (ONU).
A finales de octubre del año pasado el FMI —entidad que busca promover la cooperación monetaria mundial y la estabilidad financiera— decidió recortar sus proyecciones de crecimiento global para 2019 a 3,5 %; 0,4 puntos menos que en el informe de abril pasado, cuando predijo que el crecimiento mundial aumentaría a 3,9 %. Para 2020 lo fijó en 3,6 %.
“A nivel mundial, los datos recientes muestran un debilitamiento del comercio internacional, la manufactura y la inversión. El crecimiento global aún es sólido, en comparación con los primeros años de esta década, pero parece haberse nivelado”, reportó el FMI en su informe Retos para un crecimiento sostenido, publicado en octubre.
El 8 de enero de este año, el FMI reafirmó ambas cifras y explicó que la baja se dio a raíz de los efectos negativos de los aumentos de aranceles en Estados Unidos y China.
El Banco Mundial se sumó al FMI y también recortó su proyección. “A comienzos de 2018, la economía mundial avanzaba a toda marcha, pero perdió velocidad durante el año y el viaje podría volverse aún más accidentado”, resaltó Kristalina Georgieva, directora del Banco Mundial, en el informe de Perspectivas económicas mundiales de enero de 2019.
La entidad redujo en 0,1 puntos porcentuales su proyección para este año y la fijó en 2,9 %. Para 2020 bajó la misma proporción y la fijó en 2,8 %.
El informe enfatiza que las tensiones comerciales en algunos de los grandes mercados financieros como Estados Unidos y China siguen siendo altas. Como consecuencia, el comercio internacional y la actividad manufacturera se han atenuado. Por eso, la entidad espera que las economías avanzadas se contraerán 2 % este año.
Por su parte, la ONU decidió mantener la cifra en 3 % en 2019 y 2020. en su reporte Prospectos económicos mundiales (Wesp, por su sigla en inglés), publicado el 21 de enero pasado.
Situación en América Latina
Según Otman Gordillo, director de estudios económicos de Adcap, la disminución de la demanda externa, el aumento del costo del endeudamiento y la persistente incertidumbre en materia de políticas comerciales influirán en las perspectivas de las economías de mercados emergentes.
“Ante mayores tarifas, el nivel de exportaciones e importaciones bajará y eso afecta el crecimiento. Además, las predicciones sobre una posible desaceleración de las economías avanzadas en 2020 son cada vez más recurrentes. Entonces si hay un decrecimiento en los principales consumidores del mundo, habrá menos producción”, agregó.
En este contexto, Goldman Sachs —firma líder en el área de banca de inversión— decidió recortar esta semana su pronóstico para varios países de la región por el deterioro del panorama global (ver Informe).
“El impulso del crecimiento a fines de 2018 y comienzos de 2019 ha sido más débil que lo esperado en Argentina, Brasil y México”, planteó en un comunicado el equipo de economistas de Goldman para América Latina.
Los pronósticos de los expertos para Colombia oscilan entre 3,4 % y 3.6 %, muy superiores a la región (1,9 %).
“El comportamiento acá viene en una senda alcista, las condiciones locales son buenas. Muestra de esto son los resultados corporativos de varias empresas, que en general han sido muy positivos”, resaltó Gordillo.