Estarán listos 10.031 códigos arancelarios del Mercosur para finales de año

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07:17 a.m. | Zayda Pereira.-
El Mundo Economía y Negocios

Las fortalezas y debilidades de Venezuela comienzan a discutirse en la gran mesa del Mercosur, ofreciendo al país la oportunidad de tomar las decisiones adecuadas de acuerdo a su sector productivo.

La ministra de Comercio, Edmeé Betancourt, habló con El Mundo Economía y Negocios vía telefónica e informó que Venezuela participó del 11 al 17 de agosto, en Uruguay, en el primer encuentro técnico como miembro pleno del Mercosur.

La próxima reunión se efectuará del 24 al 29 de septiembre.
Los 10.031 códigos arancelarios involucrados en el proceso de negociación para la integración comercial con el bloque representan el primer tema de discusión para el próximo encuentro, pues cambian con respecto a la Comunidad Andina de Naciones, donde la nomenclatura solo incluía 6.800 códigos.

En el encuentro en Uruguay se establecieron cinco mesas de trabajo: acervo normativo, desgravación, aranceles, nomenclatura y fortalecimiento productivo, este último tema le corresponde solo tratarlo a Venezuela.

Todos estos códigos deben ser comparados con los códigos Aladi (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio) , dijo Betancourt. Adicional a ello se conformará un equipo que manejará las relaciones con terceros que tienen que ver con el Alba y Petro Caribe.

Una vez finalizado el proceso de los códigos arancelarios, el próximo año se dará inicio a la segunda fase de negociación comercial con la elaboración de la lista de los productos de cada país, al comenzar la delimitación de los lapsos en los cuales el desgravamen los lleve a arancel cero, lo que -según Betancourt- implica un trabajo exhaustivo de nuestros equipos de aquí a diciembre, pues se debe establecer de acuerdo a cada situación, qué item entra en el grupo de desgravación de cuatro, seis, ocho o diez años.

Señaló la ministra de Comercio que se debe tomar en cuenta la participación que tiene el sector productivo venezolano en la economía y sus debilidades, pues nuestros ingresos siguen sosteniéndose sobre las exportaciones petroleras.

Ante ese panorama, dijo que se están consolidando datos de industrias y de producción agrícola, temas sensibles para el país. Por ello la necesidad del estudio para determinar cómo debe ser su incorporación paulatina en cada uno de los lapsos.

Todo lo aprueba el Congreso

En el Mercosur, el Congreso o Asamblea de cada nación miembro debe aprobar las medidas a ser impuestas. De no ocurrir eso, se congelan hasta que haya unanimidad de criterios. Esa es una ventaja para Venezuela, quinta nación que entra al grupo económico, pues según lo destacó la Ministra, «esa supraconstitucionalidad que tenía la Comunidad Andina de Naciones no existe en el Mercosur».

Indicó que hay normas que se están planteando al resto de los miembros para la entrada de nuestro país en el bloque. Esto tiene mucho que ver con los productos que podrían ser afectados por las importaciones, en ese caso las desgravaciones -antes de llegar a cero arancel- se pondrán a más largo plazo hasta que estos se fortalezcan, afirmó la titular de la cartera de Comercio. Agregó que por ello, no se puede decir que estamos improvisando.

Mercosur no es nuevo

La integración con Mercosur, un tema que ha recibido muchas críticas por diferentes sectores del acontecer nacional, no es un invento de este gobierno, destacó la ministra de Comercio.

Recordó que en 1994 -segundo período de Rafael Caldera- se iniciaron las conversaciones entre los bloques de la Comunidad Andina de Naciones y el Mercosur y en estas participaron gran cantidad de grupos económicos y empresarios, ante la oportunidad que en aquel entonces se mostraba como una de las grandes salidas para la economía venezolana.

Ante la falta de resultados tras muchos años de negociaciones, se transformó en convenios bilaterales iniciados por Brasil y seguidos por Argentina, cada uno por su lado. Se firmaron los acuerdos de complementación económica N° 38 y N° 39, que se consolidaron en 2005, cuando se firmó el acuerdo de complementación económica N° 59. Al año siguiente Venezuela solicitó su adhesión como miembro pleno.

Recalcó que en ese entonces se habló de aranceles y se separaron los productos en canastas, inclusive se establecieron lapsos de desgravación al 2014 y 2018; así sucesivamente se continuaron afinando detalles. Por ello, según Betancourt, este no es un proceso nuevo, se podría hablar de 18 años de conversaciones.

Hasta el 2011, Venezuela tuvo un intercambio comercial de 6 mil millones de dólares con el Mercosur, de los cuales 52 % correspondió a alimentos. Destacó que nuestro principal aporte al bloque es con petróleo.

Además, dijo que se debe establecer lo referente al arancel externo común en esta relación. Actualmente existe libre circulación de personas entre nuestros países, si llegáramos a tener una moneda única podríamos pasar a ser como el mercado común europeo, indicó Betancourt.

Para actuar como mercado, todos los países tendrían que adaptarse a la nomenclatura con códigos arancelarios que identifiquen las subpartidas de productos y mercancias.

Considera que de aquí a cuatro años hay suficiente tiempo para poner cupos de importación de productos, para proteger a los que se elaboraran aquí hasta que se fortalezcan; pero para ello hay que realizar muchas reuniones, con el fin de contrarrestar las asimetrías comerciales con Mercosur y proteger a los sectores productivos vulnerables.

El principal punto no es el comercio, indicó la vocera gubernamental. El aspecto que se abordará en todos los encuentros es la complementaridad donde pueden surgir la mayoría de las alianzas estratégicas que en realidad serán la puerta de las oportunidades desde el punto de vista industrial, con matrices de costo de nuestros productores, para ofrecer mercancías con valor agregado, no materia prima.

Recalcó que se continúa pensando en la relación sur-norte, que tiene que ver con el sur de Venezuela y el norte de Brasil. Esta posibilidad fue también planteada en la época de Rafael Caldera. Para ello se realizaron, en aquel entonces, tres reuniones bilaterales con el fin de desarrollar el sur venezolano y el norte de la nación vecina, lo que representa la entrada a importantes centros poblados brasileños muy cercanos a los nuestros, pero lejos de sus ejes productivos. Esta iniciativa está siendo repensada por el actual gobierno, que está realizando estudios para enlazar a ese mercado de 40 millones de personas con nuestras poblaciones fronterizas.

Colombia y Perú

En este entorno caben los encuentros y acuerdos que se están realizando con Colombia y Perú para establecer mayores intercambios bilaterales.

Con Colombia se estableció un convenio de alcance parcial de naturaleza comercial, que incluye mas de 3.000 códigos arancelarios y se espera cerrar este año un intercambio de alrededor de 1.500 millones de dólares.

Para ello se acordó la desgravación, el régimen de origen y las salvaguardas en cada uno de los estatus para llegar a cero arancel en una gran cantidad de productos hacia el 2014, aunque la fecha solo es tentativa, al igual que en Mercosur, pues hay muchos desequilibrios, siendo el intercambio de alimentos la mayor cantidad de productos que se transa entre las naciones. Como ejemplo están la importación de carne, que en su mayoría proviene de Uruguay y Argentina, y -según informó la titular de Comercio- Venezuela está fortaleciendo este sector productivo con importaciones de vientres y programas de mejora de nuestro ganado.

En el caso de Perú, representantes de esta nación visitaron el país la penúltima semana de agosto, y tuvieron contacto con los organismos que tienen que ver con el proceso comercial. El encuentro fue realizado en la Cancillería; contó con la participación de Cadivi, ente que explicó el proceso de control de cambio que se aplica en Venezuela. Igualmente recibieron información acerca del Sistema Único de Compensación Regional (Sucre) por parte del Banco Central de Venezuela (BCV), con el que se espera incrementar el intercambio interregional sin necesidad de acudir al dólar, mediante un sistema de compensación entre los bancos centrales.

Todo esto persigue -por un lado- atraer inversiones para instalar empresas productivas, o incrementar el intercambio de productos entre nuestras naciones.

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