A seis años del cierre de la frontera terrestre entre Táchira y Norte de Santander, se solicita su reapertura
La frontera entre Venezuela y Colombia es la frontera más “viva” de Venezuela y una de las más activas de Suramérica. Allí, y en especial en el Estado Táchira, se ha producido a lo largo de siglos de vida en común, una especial situación de cercanía entre las poblaciones de ambos países, incluyendo aquellas constituidas en lazos familiares, conyugales, de continua convivencia, entre otros.
El 19 de agosto de 2015 se adoptó la medida de cierre de la frontera terrestre entre el estado Táchira (Venezuela) y el Norte de Santander (Colombia), al amparo de diversos decretos de estados de excepción en los municipios a lo largo de esa zona fronteriza.
El cierre de la frontera ha afectado directa e indirectamente a muchas personas y empresas, por consiguiente, dicha situación debe ser restaurada cuanto antes en pro de la calidad de vida, de la preservación de la productividad y el aprovechamiento de la capacidad instalada en esas zonas.
Seis años han trascurrido desde el cierre de la frontera, CAVECOL está convencido que para el bienestar económico de las naciones y de sus pueblos, la reapertura comercial de la frontera terrestre entre el Norte de Santander y el estado Táchira es un imperativo.
Un elemento del cierre de la frontera fue la suspensión del tránsito vehicular entre los dos países, con lo que efectivamente se impidió el comercio formal. Es de la opinión de CAVECOL que la base legal de esa suspensión del tránsito vehicular dejó de existir a medida que vencieron los plazos de vigencia de los decretos de estados de excepción en los municipios fronterizos, puesto que ni la Ley Orgánica de Fronteras ni el Decreto de Estado de Excepción y Emergencia Económica prevén expresamente dichas medidas.
Los gobiernos de Venezuela y Colombia, en su oportunidad, acordaron reabrir el tránsito peatonal a través de varios puntos específicos designados como pasos fronterizos, dentro de un horario preestablecido y con limitaciones en cuanto a los bienes que los peatones podían comprar (alimentos, medicinas y ciertos repuestos automotores), siempre y cuando estos contasen con una “cédula migratoria fronteriza”, que debía ser sellada por las autoridades migratorias de ambos países.
CAVECOL sostenidamente ha saludado la habilitación del paso, aunque sea parcial y considera que la reapertura de la frontera terrestre, aun con las limitaciones antes mencionada, significa un escenario más favorable que mantenerla cerrada.
Hoy, con la existencia del COVID-19 y la emergencia sanitaria que trajo consigo a nivel mundial, la dinámica fronteriza se ha visto agravada por las medidas que limitan la movilidad de las personas a través de la frontera, como consecuencia de la evolución de la Pandemia, y la necesidad de evitar su propagación.
CAVECOL considera que la reapertura comercial para el tránsito de carga y mercancía es un gran paso para comenzar con el restablecimiento de la normalidad en la frontera terrestre entre el Estado Táchira y el Norte de Santander. Específicamente, en relación con el comercio formal entre Venezuela y Colombia por ese sector de la frontera, la Cámara hace énfasis en el cumplimiento de las medidas de bioseguridad en virtud de preservar la vida y la salud.
Tomando en cuenta las anteriores consideraciones, es nuestra aspiración desde la Cámara una pronta reapertura del comercio de manera transparente y segura a favor del comercio legítimo y sostenible, como un asunto prioritario. Además, se insta a que en este proceso de reapertura, se apoye a todos los sectores productivos y de servicios de la zona fronteriza (con una efectiva implementación del Acuerdo de Transporte Terrestre Internacional de Pasajeros y Mercancía por Carretera); sean reactivados los mecanismos de cooperación entre las distintas autoridades de Colombia y Venezuela, permitiendo así la construcción de un camino de fortalecimiento integral económico entre ambos países.