El pasado sábado 20 de marzo una fuerte explosión de un gasoducto de 36 pulgadas cercano a una planta de inyección de gas a alta presión de la representante estatal de Petróleos de Venezuela, PDVSA, azotó al municipio Ezequiel Zamora del estado oriental de Monagas. Luego de una larga inspección, las autoridades respectivas no reportaron heridos adyacentes a la zona.
El ministro del Poder Popular de Petróleos de Venezuela, Tareck El Aissami, declaró que se trató de un nuevo ataque terrorista a la estructura económica del país. Aunado a ello, agregó que el daño se extendió hasta la planta de inyección de gas conocida como Centro de Operaciones El Tejero.
El Aissami puntualizó que para el momento ya se había desplegado el personal y los equipos de contingencia para solucionar la problemática lo más pronto posible.
Debido a esto, recientemente, PDVSA implementó un recorte en su producción de crudo ligero en al menos 30.000 barriles diarios, declaró el medio de noticias Reuters. Esto, y la suspensión de algunos de los pozos productores más importantes de la nación, pudiese significar una amenaza a la principal mezcla de exportación del país petrolero.
Los venezolanos se mantienen a la espera de una pronta y optimista respuesta por parte del gobierno estatal y nacional.