08:37 a.m. | Sharay Angulo
El Mundo Economía y Negocios
Ante la permanencia del «limbo legal» en las relaciones comerciales con Colombia, la industria nacional es la más vulnerable a que entren mercancías trianguladas desde el vecino país.
Si bien se continúa aplicando la mayoría de las reglas de la Comunidad Andina (CAN), la falta de un marco legal puede generar confusiones en las aduanas y aumenta la discrecionalidad de los funcionarios al momento de aplicar las normas que certifican el origen de las mercancías, según advierte el internacionalista Félix Arellano.
El Acuerdo de Complementación Económica que suscribieron hace poco ambos países aún no está en vigencia y, adicionalmente, se limita al tema arancelario, aunque en Venezuela desconocen el texto definitivo.
Para Arellano, la poca claridad en las relaciones bilaterales significa que «estamos en el peor de los mundos, lo cual beneficia a Colombia por ser el país que exporta más y puede penetrar más productos en este mercado, evadiendo normas de origen».
La situación puede agravarse, tras la entrada en vigencia del TLC entre Colombia y Estados Unidos el pasado 15 de mayo.
El internacionalista cree que «Venezuela necesita más salvaguardas para proteger su poca producción, y en este momento los gremios tradicionales deberían estar reclamando que se proteja a los sectores productivos«.
Precisamente, la semana pasada los organismos de recaudación tributaria de Venezuela y Colombia -Seniat y Dian- se reunieron para «unificar criterios sobre los procesos de importación y exportación de mercancías«, y el tema central del encuentro fue «el basamento legal de las certificaciones de origen».
Arellano explica que «han sido muchos años aplicando las normas andinas de certificación de origen y debe haber confusión en las aduanas porque no hay reglas claras».
El internacionalista advierte que tras salir de la CAN y no haberse refrendado aún el nuevo acuerdo bilateral, «el margen de acción de las autoridades es muy grande, se presta a la discrecionalidad y al cuánto hay para eso».
La recomendación de Arellano, si Venezuela no decide regresar a la CAN, es que se oficialice el acuerdo de complementación y se anexen a este todos los temas de la relación bilateral que hayan quedado por fuera.
Acuerdo insuficiente
El experto en comercio exterior Sergio Arancibia señala que «el acuerdo suscrito con Colombia es meramente de desgravación arancelaria, por lo que debe complementarse con otros en materia de transporte, aduana, protección de inversiones, mecanismos de pagos y de resolución de conflictos que sí había en la CAN».
Arancibia considera contraproducente que cualquier percance bilateral amerite una reunión entre los dos presidentes.
La presidenta de la Cámara de Integración Económica Venezolana Colombiana (Cavecol), Emilia Peraza, declaró en la revista del gremio de abril que «en la CAN todos los productos tenían cero arancel y había más de 700 normas andinas que amparaban toda la relación, aspectos aduaneros, sanitarios, migratorios, de transporte, seguros y contra la legitimación de capitales».
Hasta ese momento, Cavecol no tenía claro si todo ese «acervo legal» se plasmaría en el nuevo acuerdo suscrito con Colombia.